Torno a mis viejos lares. Yo soy un peregrino
Que ha muchos años busco la tierra prometida
En mis pies se han clavado las piedras del camino
Y en mi alma todas, todas las zarzas de la vida
Peregrino, soldado, soñador, hoy regreso
A apoyar un instante mi frente en las raíces
De los paternos troncos; a demandar un beso
Vernáculo que ablande mis duras cicatrices
Y a llenar mis alforjas, de ensueños ya vacías
Siquiera con un poco, con un poco siquiera
De pasada ventura, de perdida quimera
Que hagan brotar del árbol de las ramas sombrías
En flores otoñales las ilusiones mías
Reconozco los sitios por mi amor consagrados
Y ungido de recuerdos..., ¡ay! todos se levantan
Cual coro de oceánicas las memorias me cantan
La canción misteriosa de los sueños pasados
Vuelvo a incrustrados mis ojos en esos horizontes
Bajo los que se erizan las selvas y los montes
Se tiñen de violeta las lejanas campañas
Y esplende la turquesa del cielo y las montañas
Que en los tiempos ya idos, y cuando Dios quería
Impregnaron mi alma de azul y poesía
Aquí os dejo en la lira de mis viejas canciones
Guárdamela que aún tienen sonidos sus bordones
Y pues ya sea colmado el ingente deseo
Que abrazaba mi espíritu !Gloria in excelsis Deo!