Tengo qué hallar el niño, que sin quererlo, perdí hace tiempo
Tengo qué hallar sus ojos, sus ojos limpios, sus ojos nuevos
Aquel niño que amaba, sin darse cuenta de lo que daba
Aquel niño que oía la voz del cielo en la madrugada
Tengo qué hallar el niño, que al volverse hombre, lo perdió todo
Caminó por la vida y se fue quedando sin su tesoro
Y ya no sabe cómo mirar el mundo, no tiene nada
Aquel niño que oía la voz del cielo en la madrugada
Le fue quitando el tiempo, la transparencia de su mirada
Perdió aquella sonrisa, que cualquier cosa le provocaba
Por eso he de encontrarlo, lejos del mundo, donde algún día
Lo dejé sin saberlo, lleno de ensueños y de alegría