Ella no pide nada, tan solo se acomoda
Al arrullo del canto que le llega a deshora
Ella maduró tierna, y no pretende más
Que dejar en mis sueños su mirada de paz
Ella sabe que un niño quedó llorando solo
Y quiere acompañarlo la noche de su queja
Y por eso sus ojos tienen luz nazarena
Y por eso se deja que la bañe de pena
¡Hay amores que viven sin que nadie lo sepa!
¡Hay cariños que esperan la mañana del Reino!
¡Hay ternuras que ayudan a seguir caminando!
¡En medio de la nieve, a través del invierno!