¿Señor por qué si el mal y el bien adunas
Para mí solo hay penas turbadoras?
La noche es negra, pero tienen lunas
El polo es triste, pero tiene auroras
El látigo fustiga, pero alienta
El incendio destruye, pero arde
Y la nube que fragua la tormenta
Se tiñe de arreboles en la tarde
Insensato yo estoy en tus dolores
Soy tu mismo penar, tu duelo mismo
Mi faz en tus angustias resplandece
Se pueblan los espacios de fulgores
Y desgarra sus desvelos el abismo