La hija del penal, me llaman siempre a mí
Porque mi padre es el carcelero
Nunca jamás sentí, ni conocí el amor
Más que las penas de un prisionero
Estaba preso si, porque mato el traidor
Que de su hermana, el amor burlara
Luego que comprendí, su energía y valor
Pude quererlo con alma brava
Más cierto día vi salir a un preso
Y yo no se que paso por mí,
Que con mis labios, le mande un beso
Y en mi plegaria yo dije así
Ay Virgen del Consuelo, ven ayúdame a salvar mi bien
Porque sus penas son mis dolores
Ay virgencita sálvale, que quiero su cariño ser
Del preso eterno de mis amores
Mas una noche al fin, mi padre vi dormir
Y aquella llave logre quitarle
Entonces yo corrí, y aquella celda abrí
Y le di un beso, para alegrarle
Con mil angustias yo le veía
Por la muralla lo vi pasar,
Y al prisionero, al verlo triste
Yo quise darle su libertad