En un andén de la estación, bajo el sol abrasador,
Tú hablabas de un rascacielos del cielo de Nueva York,
Vente pronto a ver el mar y tú envía una postal,
Yo ya sabía que aquel día era el final,
Ahora tengo mucho más, rojo negro, par o impar,
Por fin la suerte trae un as y un cristal para mirar
Y una pared para colgar,
Siete caras sonriendo en una foto de carnet,
Mis cuentos no hablaban de historias hechas de casualidad,
Nadie me dijo que el destino daba esta oportunidad,
Uno más uno son siete, quién me lo iba a decir,
Que era tan fácil ser feliz...
Cuántos aáos llevo aquí, cuántos me pueden quedar,
Cuál es el precio exacto de la felicidad,
Quién se acordará de mi, quién te volverá a mirar,
Quién pulsa las manijas de la casualidad,
Una caricia del ayer, unas postales sin firmar,
Y aquel disco de los Burning no son cosas que guardar,
Hoy sonrío al recordar que soáaras con volar
Desde los bancos de Madrid no se puede ver el mar
Mis cuentos no hablaban de historias hechas de casualidad,
Nadie me dijo que el destino daba esta oportunidad,
Uno más uno son siete, quién me lo iba a decir,
Que era tan fácil ser feliz...
Si hubo un tiempo para mí, ahora es para los seis,
Está saliendo el café, otra vez comienza el lío como cada amanecer,
Hay tostadas para tres, arreglad la habitación,
Este cuadro de familia se merece una canción
Mis cuentos no hablaban de historias hechas de casualidad,
Nadie me dijo que el destino daba esta oportunidad,
Uno más uno son siete, quién me lo iba a decir,
Que era tan fácil ser feliz...
Ser feliz