Cuando no queda ninguna
persona a quien contar
que tienes miedo
de perderte en tu intimidad,
y ves que no hay
nada peor que el hecho
de comenzar a pensar
que te has quedado aquí
y nadie te quiere acompaáar,
y sientes que no hay
nada peor que no tener a nadie.
Tu mundo se cae al suelo y tu ilusión se va.
Tan solo quedas tú y tu forma de mirar,
y ves que no hay
ninguna solución peor que la de llorar.
Si no puedes compartir tu vida, mejor te vas
donde la tierra llega a su final...
No hay nada peor que no tener a nadie.