El cielo es un poncho llenito de estrellas,
la noche es la pena que envuelve mi alma,
mi caballo, el sueáo que busca la huella
de aquella criollita que robó mi calma.
Recorre mi fiebre distintos caminos
e inútil la busca por los cuatro vientos,
mi dulce esperanza la rompió el destino
enredando el lazo de mis sentimientos.
Como buey que tira
picaneado y triste
va rumiando el peso
de su vida esclava,
mientras la coyunda
le clava en el yugo
y el cansancio bruto
se muestra en
sus babas...
Así voy rumiando,
mientras corto campo,
las ansias mas locas
de encontrarla un día,
para ver de nuevo
en su cara linda
esa risa buena
que tanto quería...
Si es triste en la noche sentir la lechuza
que grazna su augurio de muerte y de ruina,
más triste, ¡canejo!, es cuando la "chuza"
del dolor al gaucho le clava su espina...
Y así por la huella cubierta de abrojos
yo voy paso a paso ahogando un suspiro
y llevo esta pena que me duele tanto
doblada en la frente y atada en el cuello.