Che piba de ojos grandes, reina del jarangón,
te fuiste de aquel barrio, pa' nunca más volver.
Y tiraste a la marchanta tu joven corazón
y envileciste toda tu almita de mujer.
Charquito de agua turbia, mientras en el salón,
trenzabas con tus cortes un tango muy sensual.
La muerte con sus pasos, entró en la habitacion
de la que tanto llanto secó en su delantal.
¡Se fue la pobre viejita!
Sin un abrazo, sin un dulce adiós,
con su miseria la santa,
se fue de un vuelo, pa' estar cerca e Dios.
¡Se fue la pobre viejita!
Con su trajedia en el corazón,
sin darte un beso de madre,
beso sagrado, lleno de perdón.
Que mala estrella, hermana, tuvimos al nacer,
se fue barranca abajo la vida de los dos.
Yo me hice delincuente, tu cuerpo de mujer
pasó de mano en mano y hoy un escombro sos.
Yo que en la mala vida me consagré ladrón,
sabiendo de la pobre viejita el triste fin,
tire mi alma de chorro, ganzúa y palanquín,
y ahogándome de pena, lloré sobre el cajón.