Se han sentado las carretas...
y en la noche tibia y clara
la luna vuelca su cara
y recorta sus siluetas.
Duermen todos y en la quieta
hora del sueáo pesado,
de un carretero inspirado
se oye este canto tristón...
Pa' qué sufrir,
pa' que llorar, chinita mala
quién iguala tu mentir.
Pa' qué sufrir,
mejor tirar a los caranchos
mi vichoco corazón.
Y en la noche las estrellas
en su pestaáear plateado
lloraban al desdichado
también sus gauchas querellas.