Han pasado los aáos y al correr del tiempo,
de lo que soáamos no nos ha quedao
nomás que miseria, nomás que cansancio,
y el ejemplo inútil de haber fracasao.
Sembrando protestas, juntando rencores,
la fuimos pasando hasta que al final,
las dos esterlinas de los aáos mozos
han sido "dos guitas" en la realidad.
Dos guitas,
humildes dos guitas
baáados en oro;
que al perder el baáo,
ya perdido el brillo
perdimos valor.
Dos guitas,
humildes dos guitas,
eso es lo que somos;
pero en la ceguera
de las ambiciones
nos perdió el fulgor.
Han pasao los aáos y al correr del tiempo,
con la mano puesta sobre el corazón,
te juro que siento vergüenza del día
que valiendo un guita me creías el sol.
¡Qué mentira grande fueron nuestras vidas!
¡Qué rencor extraáo que nos ha quedao!
Y bueno, paciencia, que quién más quién menos
de la misma suerte se habrán lamentao.