Hijo de la Madre Tierra.
Sangre de la antigua selva
te perfuman los copihues
flores cálidas, rojizas.
Surges desde aáeros bosques.
Por encendidos maizales
el caáón trae la muerte
la amargura de los males.
Leáador embravecido
por el hacha milenaria
el abrigo de los Andes
fue tu senda temeraria.
Arcabuces, latigazos
y verdugos de tu pueblo
castigaron tu valor
campesino y sembrador.
Caminante de queridos
pedregales del sudor. (bis)