Esta que era una niáa de cera,
pero no era una niáa de cera
era una gavilla en la era.
Pero no era una gavilla,
sino la flor tiesa de la maravilla.
Tampoco era la flor, sino que era
un rayito de sol pegado a la vidriera.
No era un rayito de sol siquiera,
una pajita dentro de mis ojitos era.
Alléguense a mirar como he perdido entera,
en este lagrimón, mi fiesta verdadera