Me lo dijeron mil veses,
Más yo nunca quise poner atensión.
Cuando vinieron los llantos
Ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde,
Ningún reproche te hasía;
Lo mas que te preguntaba
Era que si me queries.
Y, bajo tus besos,
En la madrugá,
Sin que tu notaras la crú de mi angustia
Solía cantá:
Te quiero más que a mis ojos,
Te quiero más que a mi vía,
Más que el aire que respiro
Y mas que a la mare mía.
Que se me paren los pulsos si te dejo de queré
Que las campanas me doblen si te farto alguna vé.
Eres mi vía y mi muerte,
Te lo juro, compaáero;
Ne debía de quererte
No debía de quererte
Y sin embargo te quiero.
Vives con unas y otras
Y na' se te importa de mi soledá;
Sabes que tienes un hijo
Y ni el apellío le vienes a dá.
Llorando junto a la cuna
Me dan las claras del día.
Mi niáono tiene pare
¡Que pena de suerte mía!
Anda rey de Espaáa,
Vamos a dormí,
Y, sin darme cuenta, en ves de una nana
Yo le canto así:
Te quiero más que a mis ojos,
Te quiero más que a mi vía,
Más que el aire que respiro
Y mas que a la mare mía.
Que se me paren los pulsos si te dejo de queré
Que las campanas me doblen si te farto alguna vé.
Eres mi vía y mi muerte,
Te lo juro, compaáero;
Ne debía de quererte
No debía de quererte
Y sin embargo te quiero