Estoy afligido; necesitado
Esto es demasiado
Tu presencia, no puedo sentir
Sin Ti, no quiero vivir
Vanidad de vanidades, Nada vale la pena
Todo es vanidad
He visto todas las obras que se han hecho
Todo es vanidad
Cuando Cristo viene en las nubes, por Su Reino
Estaremos con Él para siempre
De aquí y, en adelante nadie me cause molestias
Abundante es mi consuelo
Por medio de Cristo Jesús
En la noche no descanso
Cansado y estoy llorando
Mi corazón duele de culpa
En mi mente hay mucha preocupa
Vanidad de vanidades, Nada vale la pena
Todo es vanidad
He visto todas las obras que se han hecho
Todo es vanidad
Cuando Cristo viene en las nubes, por Su Reino
Estaremos con Él para siempre
De aquí y, en adelante nadie me cause molestias
Abundante es mi consuelo
Por medio de Cristo Jesús
Dios mío, no Te tardes
He oído de Tus fidelidades
Tú eres mi socorro
De Tu gozo añoro
Vanidad de vanidades, Nada vale la pena
Todo es vanidad
He visto todas las obras que se han hecho
Todo es vanidad
Cuando Cristo viene en las nubes, por Su Reino
Estaremos con Él para siempre
De aquí y, en adelante nadie me cause molestias
Abundante es mi consuelo
Por medio de Cristo Jesús
Y felicité a los muertos; los que ya murieron
Más que a los vivos; los que ya están con Cristo
Mejor de ambos; él que nunca existido
Que nunca ha visto; la maldad del mundo
En vano he trabajado; en nada he gastado mis fuerzas
Pero mi derecho; está en el Señor, mi Dios
Todo lo que era ganancia, para mí
Lo he estimado como pérdida
A fin de ganar a Cristo; Y ser hallado en Él
A fin de conocerle, la virtud de Su resurrección
La participación en Sus padecimientos
Llegando a la resurrección
Vanidad de vanidades, Nada vale la pena
Todo es vanidad
He visto todas las obras que se han hecho
Todo es vanidad
Cuando Cristo viene en las nubes, por Su Reino
Estaremos con Él para siempre
De aquí y, en adelante nadie me cause molestias
Abundante es mi consuelo
Por medio de Cristo Jesús
La conclusión, cuando todo se ha oído
Acuérdate de tu Creador
En los días de tu juventud; y durante tu vida
¡Teme al Señor!