Aunque no sé quién es, lo deben saber mis pies.
La siguen como las ratas, a la flauta de Hamelin,
Para perderla después.
No quiero hablar de este tema, pero es mi mayor problema.
Ella está siempre en portada, a toda plana, cada mañana, en el diario de mis penas.
Ah, me entiende, me tantea...
Ah, ah se enciende, coquetea, se evapora.
Y yo qué sé dónde va, dónde vive, y todo está mal, y siempre es igual.
Y yo qué sé, que no soy detective, la paso fatal,
Mi chica de humo, mi chica de humo.
No escucha cuando hablo yo, sus ojos dicen que no
Y luego me contradice, por placer, para hacer, que un día me ruborice.
Yo ya dejé atrás los veinte, y ella probablemente.
No estamos para jugar, no me va a trastornar,
Un crucigrama viviente.
Ah, me entiende, me tantea...
Ah, ah se enciende, coquetea, se evapora.
Y yo qué sé dónde va, dónde vive, y todo está mal, y siempre es igual.
Y yo qué sé, que no soy detective, la paso fatal,
Mi chica de humo, mi chica de humo.
Y quién te crees que eres tú, siempre tú, siempre igual,
Y siempre está todo mal.
Y quién te crees que eres tú, siempre tú, siempre igual,
Y siempre está todo mal.
Ah, me entiende, me tantea...
Ah, ah se enciende, coquetea, se evapora.
Y yo qué sé dónde va, dónde vive, y todo está mal, y siempre es igual.
Y yo qué sé, que no soy detective, la paso fatal,
Mi chica de humo, mi chica de humo.
Y yo qué sé dónde va, dónde vive, y todo está mal, y siempre es igual.
Y yo qué sé, que no soy detective, la paso fatal,
Mi chica de humo, mi chica de humo.