Estoy pagando mi culpa,
borracho, sin razón, perdido...
Ya no tendré lo que he tenido...
Ya nunca... Yo sé que nunca...
Y en el silencio se quedó
la queja amarga de tu adiós como un castigo...
Estoy pagando mi culpa
y sigo sin poder olvidar...
Me faltas tú
con tu piel de jazmín...
Me faltas tú
con tu voz, tu reír...
Y en la terrible tortura
de mis noches tan dramáticas y oscuras
escucho siempre tu voz,
toco tu piel,
¡tu piel de raso y de jazmín!
Me fúi matando tus sueáos
y todo se quedó vacío...
Abandoné lo que era mío...
¿Te acuerdas?... Tan solo mío...
Y hoy que no puedo regresar
tu llanto sigue junto a mí como un castigo...
Me fui matando tus sueáos
y sigo sin poder olvidar.