Ayer perdí mi cabeza. No sé, llegué a mi casa y descubrí que no la tenía más. Es por eso que ya no puedo pensar ni ver. Sólo me queda el corazón
Ayer perdí a Bilou. Bilou está enamorada de Eduardo. Yo no soy amigo de Eduardo, pero estoy enamorado de Bilou. Y ella me dijo que no me quiere. No, porque quiere a Eduardo, el entrerriano
Al perder a Bilou perdí mi cabeza y entonces gané a Bilou y encontré un corazón dentro de mí
Cuando encontré a Bilou me sentí romper. Tuve miedo: no me moriré? O sino me matará el entrerriano. Pero miré los ojos de Bilou y vi que ya estaba muerto. La miré nuevamente, de reojo, y me sentí nacer por primera vez. Entonces la amé, la amé y me dejé caer en el negro río de sus ojos radioactivos
Hoy vuelvo a mi casa con una negra serpiente enroscada en mi brazo sin mano. Vuelvo sin cabeza y sin ojos. Sin boca. Estuve en la selva. Al cruzar un río negro me atacaron los caimanes. Yo no me asusté y se convirtieron en los ojos de Bilou. Me encontré con Bilou en medio de la selva
Nadamos juntos y luego salimos a la playa. Comiendo una tortuga le confesé mi amor. Ella me entregó un sol negro con sus ojos.
Me dijo que no, sonriendo. Después caminamos por la selva, ya de noche. Había miles de bichos. Yo la besé por primera vez. La llevé a vivir a mi choza azul, en el fondo de la selva verde, amarilla y negra
En esa choza nos amamos tres días. Una mañana, al volver con fresca leche de tapir en un coco, la encontré muerta. La araña enorme había huido ya
Caí desmayado. Al despertar la entrerré en mi choza azul y lloré durante siete días. Luego me fui
Ahora estoy en mi casa y esta mañana desperté feliz. Sé que viene. Mañana estará aquí. La enterré en mi choza azul, pero estoy seguro que volverá. Por eso he comprado música y vino y pinté de azul las paredes de mi casa
Y puse una ventana grande, mucho más grande, para que entre todo el sol del campo verde y extendido