Dormidas las dunas debajo del manto
Atisba la brisa
¿Cuál es la dicha en sentirse limpia?
Ven impía, con tu propia sangre entre las manos
No seas testigo, no seas cobarde, no seas cómplice y ¡grita!
Derriba lo sacro, agita el movimiento
Baja a nuestro sepulcro y decinos dónde estamos enterrados
Profeso el sacrificio de nuestros miedos
No derribamos pero construimos los muros por el puro placer de meter el dedo en la llaga, cocinando la catarsis, soportando de frente el impacto y ¡boom!
Para luego plasmar los balazos, y ver que el peso de la existencia es demasiado...
Cuando hechos polvo, de amor y de odio nos hacemos cargo.