Tras montañas y valles hay una zona
Donde vive gente mala y buena
Pero la buena tiene mala suerte
Porque ahí viven devoradores de gente
A los que les apetecen enormemente
Pues alguien está bien mientras otro sufre
Los ogros llevan a pastar a montones
Sus rebaños gordos y gordinflones...
Y cuando el buenazo engorda debidamente
El monstruo en el aparato digestivo se lo mete...
Por una razón totalmente desconocida
Un martes decidí de buenas a primeras
Dar ayuda a toda esa gente buena
La quimera me aconsejó cómo arreglármelas
Dijo: Vete, chico, al bosque y ruega a las martas
Sólo con su ayuda a los monstruos los matas
Rápido, date prisa y vete a buscarlas
Llama su atención con humildad al verlas...
Y ponte a rogar con tanto fervor
Hasta que los miembros se te tuerzan de dolor...
¡Vivan las martas!
El mismo martes fui al bosque a buscar a las martas
Me fijé que entre árboles estaban sentadas
Me dije: ¡Vaya, qué suerte más afortunada!
Les pedí que, por favor, atención me prestaran
Las martas curiosas fijaron en mí sus miradas
Mientras que en silencio se pulían las uñas
Con ahínco empecé a dedicarme al fervor
Todos los miembros torcidos de dolor...
Lo que en las martas provocaba un total desapego
Y eso dañó profundamente mi ego...
¡Las martas frías!
¡Me afané en vano! ¡Con inútil empeño!
¡Para nada mi afán! ¡Faena fatal!
Los ogros siguen llevando a pastar a montones
Sus rebaños gordos y gordinflones...
Y cuando el buenazo engorda debidamente
El ogro en el aparato digestivo se lo mete...
Ay, las martas...