Nadie puede mejorar si no puede avanzar, si no empieza a caminar
Estoy en un callejón sin luz, cargando en mi espalda una cruz
Vienen desde más allá, cenizas que me queman y sombras que se van
En Rosario te busco y no estás, ya ni siquiera es un lugar
Y en cada mañana te vuelvo a recordar,
Y en cada penumbra me acuerdo que no estás
Y siento tu voz, más fuerte tu voz
Tropiezo y tropiezo sin parar,
Y no paro de dar mi cabeza en el tapial
Mi herida empieza a sangrar,
La sangre fluye sin parar
Y voy caminando sin razón, juntando las partes rotas de este pobre corazón
Estoy cansado de esperar, de descubrir cuál es mi lugar
Y en cada mañana te vuelvo a recordar,
Y en cada penumbra me acuerdo que no estás
Y siento tu voz, más fuerte tu voz
Y siento tu tacto y tu respiración
Y siento tu voz, más fuerte tu voz
Y en cada mañana te vuelvo a recordar,
Y en cada penumbra me acuerdo que no estás
Y siento tu voz, más fuerte tu voz
Y siento tu voz, más fuerte tu voz
En rosario te busco y no estás,
Ya ni siquiera es un lugar