Déjame despertarte con un beso
En la verde maáana que te espera
Déjame celebrar la primavera
En el hermoso largo de tu cuerpo.
Déjame recorrer ese universo
Que conozco sin limites y fronteras
Déjame descansar sobre tu pecho
Que calienta mi piel como una hoguera.
Déjame repasar tus accidentes
Detenerme a palpar cada medida
Humedecer tus ojos y tus fuentes
Y penetrar al fondo de tu vida.
Déjame demostrar que diez noviembres
Purifican el alma y el deseo
Que al abrazarte aún mi cuerpo tiemble
Y relajado en paz me duerma luego.
Déjame al despertar tener la dicha
De hablar y compartir nuestros anhelos
Y en la maáana verde que termina
Volver a repetir que te quiero.