Igual que la semana que pasó, igual que la semana que vendrá,
Ella baja de noche a la ciudad mientras la gente cierra sus ventanas.
Se busca los billetes con sudor que, aunque es sudor ajeno, es su sudor,
Y en la pared la punta del tacón hasta que la atropella la mañana.
Vuelve al barrio hacia el amanecer, y a lo lejos él, como cada vez,
Esa risa de diez años que la espera.
Tibio el beso, blanco el delantal. Chao corazón. No te portes mal.
Y viéndolo alejarse piensa...
Esto vale todo. Esto vale todo.
Aceras, ojeras, heridas y yodo. Esto vale todo.
El banco es una celda de cristal. Detrás de la taquilla principal
Él ve pasar los años, cuenta el cash y siempre, siempre, siempre el mismo rito.
"el día está acabando y yo con él, el día dura un siglo y ¿para qué?
Me largo cuando el corto esté en las 6:00", se dice mientras mira el relojito.
Pero, entonces, lee en baja voz la pantalla azul,
Algo le llegó en arial con mala ortografía:
"ben a casa que te espero amor, hay café con pan y televisión"
y piensa con la voz partida....
Esto vale todo. Esto vale todo.
Jefes, horarios, usuarios o apodos. Esto vale todo.
Quince años más de rostro que de edad, marchita entre la aguja y el dedal
Jamás pudo olvidar su soledad por el dolor del alma y de la espalda.
El hilo se llevó su juventud, hoy quedan menos clientes que salud,
Y cose su viudez y su virtud, discreta, como el ruedo de las faldas.
Con los libros y sobre el sofá duerme su bebé que no pudo más,
La chiquita ya llegó a los veinte.
"yo a las telas, vos a tu lección. ¡yo sabré esperar, vos serás mejor!"
Y mientras la despierta siente...
Esto vale todo. Esto vale todo.
Mangas, espaldas, cinturas y codos. Esto vale todo.