Lo que se fue se fue y lo dice el tiempo
Que escribe con perfecta ortografía
La crónica del amancebamiento
Entre el hombre y su puta cobardía.
¿es que no hay quién regrese a barlovento
A rescatar el cuento de la orgía
O quién ponga de moda en el convento
El pasatiempo de la apostasía?
¿no hay quién se ofrezca a usar la artillería
Del albaicín omeya que resiste
Y de paso a lustrarnos la utopía?
Podría hacerlo yo, pero estoy triste.
Podría una canción, pero no es mía.
Podría hacerlo dios, pero no existe.
Nada de lo que viaja vuelve ileso.
Pocas fotos resisten la mudanza.
Caminar es hacerle contrapeso
Al augurio feliz de la balanza.
Ni pagando peaje, coima o fianza
Regresa a la campana su repique;
Perdona que te extinga la esperanza
Y acto seguido, que te notifique:
El guijarro que arranca el mar del dique,
La cámara entre favio y aniceto,
El aura novelesca del penique,
La sensación de amparo del bisnieto...
Lo que se fue se fue, aunque suplique
La oración, la canción o el amuleto;
Lo que se fue, se fue, duela o salpique,
O lo ignores o le hagas un soneto.