Si amanezco en tu cama una mañana
Convertido en un cardo inoportuno,
Y a mis pies se vinagra el desayuno,
Y no atino a ofrecerte la ventana.
Si una tarde aborrezco nuestras canas
Y no lleno tu copa y no hago caso,
Y no soy tu paraguas de reemplazo,
Y hago un lunes los fines de semana.
Si no soy el coñac que ahuyenta el frío,
Si te alquilo un dolor que no mereces,
Si soy más una cruz que un desafío,
No te aburras del mar, como los peces,
No te embarques conmigo hacia el hastío:
Vete al próximo altar, y no me beses.
Si no soy el coñac que ahuyenta el frío,
Si te alquilo un dolor que no mereces,
Si soy más una cruz que un desafío,
No te aburras del mar, como los peces,
No te embarques conmigo hacia el hastío:
Vete al próximo altar, y no me beses.