Querían brincar la frontera después de haber vengado la ofensa.
Su nombre vió pisoteado y mató, su honor le dió la licencia.
Prendida junto a su amante murió la dueña de su existencia.
También aquel mal amigo quedó como pidiendo clemencia.
Después de haberse vengado abrazó a su hijo y salió corriendo.
Cuando en la orilla del río se rindió, no pudo seguir huyendo.
Al güerco se lo quitaron y a el a muerte fué sentenciado.
Peleando contra las leyes ganó la veces que fué juzgado.
Mil veces fué perdonado nomás pa' volver a sentenciarlo.
Por eso en aquella carcel logró de apodo el afusilado.
Pero una triste mañana por fin salió a enfrentar a su suerte.
Al cabo de 21 años lo ví doblarse frente a la muerte.
Por una mujer traidora murió un hombre cabal y honrado.
Hay madres que no merecen perdón, y menos si han engañado.
Y el güerco que aquella vez se quedó sin padres y abandonado,
aquí les está cantando y soy yo, hijo del afusilado.