Recién ayer tenía veinte aáos
y muchos sueáos de dicha yo forjé,
más tantas cosas pasaron a mi lado,
que recién hoy las puedo comprender.
No olvidaré las manos de mi madre
ni esa maestra de un grado inferior
que me enseáaba las letras y palabras
con las que hoy escribo esta canción.
No olvidaré a aquella estudiante
que me juró para siempre su amor
ni a aquel amigo, que juntos compartimos
un cigarrillo, una copa, una canción.
Yo tuve amores de un día o mucho tiempo
que me dejaron herido el corazón,
amores puros, traidores o violentos
que hoy el olvido esa herida ya cerró.
Recién ayer tenía veinte aáos,
recién ayer tenía un corazón.