UNA MUJER MIRABA UNA VIDRIERA Una mujer miraba una vidriera. Yo me detuve, cuando vi su cara. No, no sé quién era, no, no la conocía, pero la supe sólo con mirarla. Era vidriera de juguetería y ella volvió de pronto hacia la infancia mientras su mano en un gestito frágil le acarició la curva de la panza. Adiviné muy bien su pensamiento cada juguete le contaba un niáo, cada muáeca le pintaba un rostro y en cada uno imaginaba al hijo. Y así se estuvo largo, largo rato, cruzando el tiempo, yendo hacia el futuro mezclando el tiempo, yendo hacia la infancia venciendo el tiempo, a la razón y al mundo. Ella siguió después por su camino y yo, y yo logré hacer las paces con la vida, porque lo vi ¿sabés? y no es un cuento, suceden esas cosas todavía.