En la buhardilla de la musa hay un ventanal abierto al mundo
Y murales que revisten la pared
Sobre un atril descansa un lienzo, en la mesa lápices y textos
Y un aroma tiñe el aire de laurel
Se concentra el universo
Se desatan las esencias de las artes dentro de su pecho
Ahora se, aún quedan milagros
Solo hay que saberlos ver
Caliope ha dejado su corona
Y se viste de persona en humana desnudez
Cuando la palabra exacta me abandona
Ella ejerce de anfitriona y me ofrece calidez
En la buhardilla de la musa, vibra el polvo
Sobre un tocadiscos donde siglo XX gira sin parar
Las ramas de una enredadera cubre las traviesas
De madera del balcón desde el que observa la ciudad
Ahora se aún quedan milagros
Para quien los sepa ver
Caliope ha dejado su corona
Y se viste de persona en humana desnudez
Cuando la palabra exacta me abandona
Ella ejerce de anfitriona y me ofrece calidez
Caliope se enlaza a mi cintura
Y jadea mientras jura esta es la última vez
Estás dispuesto a sacrificar
Que estás dispuesto a sacrificar para acariciar el cielo
Quién pone el precio, quién la integridad
Dime que tendrá más peso
Caliope se eleva ante mis ojos
Y no encuentro ningún modo de poderla detener
Me deja las canciones y los versos
Un te quiero en el reverso de una hoja de laurel