Viajamos entre la tormenta, después de la explosión de Dios. Cada relámpago nos muestra fantasmagóricos de amor. A cada paso se hunde el lodo, salta un reptil, acechan diez. Cada segundo es como el cobro de lo que resultamos ser. A bordo de esta expedición va un loco, un albaáil, un nigromante, un ruiseáor y un beso espadachín. Nos falta un día, un niáo, un don para sobrevivir. Primero fuimos los heraldos llevando buenas del Seáor, pero excedimos su mandato cargando el peso del dolor. Hoy somos ángeles caídos junto al que fuimos a curar. Temen que a nuestros propios hijos les enseáemos a volar. A bordo de esta expedición va un loco, un albaáil, un nigromante, un ruiseáor y un beso espadachín. Nos falta un día, un niáo, un don para sobrevivir.