Negro rencor corroe su faz
Ojos vacíos, sonrisa mordaz
Miedo y dolor engullen su piel
Solo no está hay millones como él
Se oculta el sol, duerme la ciudad
Surgen las huestes de la oscuridad
Resuena el ruido de la rebelión
Se oye en su marcha un frío estertor
La opresión agobiante
Se convirtió en el detonante
Su ideal de libertad
Se ha forjado con férrea lealtad
Rota la voz, llanto estridente
Atroz tortura ya no resiste
Perecerá con aire triunfal
Llegó la hora se acerca el final