Entre las tinieblas
Se desliza un rayo de sol
Envenena la paz
Con su toxico calor
Sangra de sus labios
Una sonrisa falsa
Ponzoñosa áspid
Veneno en tus palabras
Gorgona en tus ojos acaba la vida
Ponzoña y la muerte al amanecer
En silencio escuchas los gritos de las almas perdidas
La roca inerte y fría consume tu vida
El tiempo consagra tu agonía
Las sombras sepultaran las memorias perdidas
Exánime el semblante
Consumado a tu merced
Por el letargo eterno
De un palpitar disoluto
Y aun así doblegas
La gloria del silencio
El placer perdulario
Encarnado en tu piel